jueves, 5 de diciembre de 2013

Pequeñas desilusiones


Eramos uno .
Nos iluminábamos
uno al otro.
El sol y la luna
brillaban a nuestro paso.
Quizo la oscuridad
apoderarse de tu vida.
Y yo estuve ahí
a tu lado,
siendo tu luz,
y  tu sombra.
Los jazmines
seguían floreciendo.
Mas mi día
se hizo noche,
una espesa niebla
cubrió el camino.
Se oscureció todo
a mi alrededor,
ni una pequeña llama,
ni siquiera la intermitencia
de una luciérnaga
marcaba el sendero.
Comprendi.
Tu, disfrutabas
del calor del sol,
del aroma
de las flores.
Yo, iluminaba
el camino que
creía nuestro.



                                    Graciela