al compás de la música,
siempre volviendo
al punto de partida.
Subir y bajar,
tomando impulso
a veces,
dejándonos bajar
otras.
Trepar hasta lo más alto,
despacio,
sintiendo el esfuerzo
para caer
velozmente,
aguantando la respiración.
Recorrer caminos sinuosos
desconocidos y oscuros,
fantasmas aparecen
durante el trayecto,
unos paralizan,
otros … dan risa.
Así es un parque de diversiones.
Así también es la vida.
Graciela